martes, 19 de julio de 2011

Difícil Decisión Capítulo 8

Capítulo 8.- Mala noticia.
-¿Señor está usted bien?- me preguntó uno de los enfermeros.
-No se preocupe por mi, me importa más ella, ¿está grave?
-¿La verdad?- yo asentí y el continuó.- Está muy grave, el bebé es posible que no salga de esta…Pero haremos todo lo posible por salvar la vida de los dos.
Yo asentí sin ocultar lágrimas que comenzaron a descender por mi rostro. No solo por Bel, si no por aquel bebé que llevaba en su interior, que a pesar de que no fuera mío, había comenzado a considerar como mi hijo, a pesar de que ella no lo supiera aún.
Llegamos al hospital, y se llevaron rápidamente la camilla con Bel a un quirófano. Ayleen, que había tenido que ir en su coche, ya estaba allí.
-John, deberías de dejar que alguien te mirara el golpe, tienes mucha sangre.
-Me voy a quedar aquí hasta que la saquen del quirófano.
-John por favor, no seas cabezota. Sabes tan bien como yo que puede tardar en salir horas, eso te lo mirarán en un momento, además yo me quedo aquí si hay novedades.
Para su suerte, un médico pasó enfrente de nosotros y ella le dijo lo de mi golpe, así que el médico me obligó a ir con él.
Pasamos a una salita pequeña en la que me examinó la brecha de la cabeza y me hizo una serie de preguntas. Tras un reconocimiento, puntos en la brecha, y limpiarme la sangre salí de la sala para encontrarme con Ayleen.
-¿Qué te han hecho?- me preguntó cuando me vio llegar.
-Me han dado unos puntos, estoy bien. No creo que podamos decir lo mismo de Bel…- dije mientras una tímida lágrima descendía de mi mejilla.
-Tranquilo, se pondrá bien, va a salir de esta.
-Me han dicho que el bebé lo más probable es que…- pero no pude terminar la frase, un nudo se me hizo en la garganta.
-De verdad los quieres mucho…
-Yo... Se que si ella sale adelante lo va a pasar muy mal, pero no podré hacer nada, no quiere ni acercarse a mí.
-Ya sabes que tienes que darla tiempo.
-Pero si cada vez que está mejor va a venir él a arruinarlo todo… No quiero que se muera…- dije llorando, y esta vez ella me abrazó para intentar consolarme.
No se cuanto tiempo pasó desde que metieron a Bel en el quirófano, quizá horas, peor finalmente, detrás de aquella puerta en la que ella se encontraba, apareció un médico.
-¿Sois la familia de Belinda?
-Sí- afirmamos a pesar de saber que no era así. Pero ahora éramos lo único que ella tenía.
-¿Cómo está?- pregunté desesperado.
-Ella está estable. No podemos decir lo mismo del bebé. La bala atravesó la placenta, y ha muerto… Lo siento mucho.
-¿Podemos pasar a verla?
-Sí, está en habitación, pero está todavía sedada, tardará un rato en despertarse. Va a necesitar mucho apoyo para superar esto.
Seguimos al médico hasta la habitación de Bel, que estaba en la cama, dormida, con goteros por todas partes.

martes, 3 de mayo de 2011

Dificil decisión - Capítulo 7

Capítulo 7 - El rescate

En cuanto salí de la habitación de Bel me dirigí al salón donde estaba Verónica.
- Por hoy basta. Mañana seguiré con ella-dije-. Ahora dame el número del principito.
Verónica me dio el número y me dispuse a dar a la tecla verde del teléfono.
A la primera no lo cogía y le llamé otra vez.

-----------------------------------------------------------

De nuevo empezó a sonar el tono del móvil, salí rápidamente de la ducha, me sequé las manos y contesté.
-¿Si? -dije-
- Hola principito-contestó la otra voz al otro lado del teléfono-.
- ¿Quién eres?
Nadie contestó. Al minuto no era un hombre el que hablaba sino una mujer.
- Hola John.
- Verónica-dije.
- Veo que a mi si me reconoces. Tenemos a tu novia aquí con nosotros. Si quieres que vuelva a estar contigo tendrás que venir a la dirección que te diré con unos 30.000 € y tendrás que venir solo.
- De acuerdo.
Apunté la dirección en un papel y colgué.
- ¿Quién era? –me preguntó Ayleen.
- Verónica, tienen a Bel.
- Hay que llamar a la policía.
En menos de media hora estuvieron en casa. Les expliqué lo que me dijeron.
- Muy bien, les harás chantaje, hasta que no den a Bel, no les des el dinero. Te pondremos un chip en la cazadora. Estate atento John.
- Lo estaré.
Nos dirigimos a la casa. Llamé al portero y antes de entrar le dediqué una mirada a Ayleen que me miraba con lágrimas en los ojos.

----------------------------------------------------------------

En cuanto salió de la habitación me senté como pude en una esquina y me puse a llorar.
No podía más, no sería la única vez, cada vez me arrepiento más de haberme escapado de esa casa en la que me estaban cuidando perfectamente.
De repente escuché que la puerta se abría y oí un golpe contra algo o alguien.
En unos segundos no se oyó nada, pero sentí como se abría la puerta y entraba Verónica con John.
- ¡John!-grité-
Me miró y vi que tenía la cara llena de sangre.
- ¿Qué le has hecho?
- Le he dado un golpecito en la cara.
Intenté acercarme.
- No te muevas o le haré más daño así que te vas a quedar ahí quietecita. Mejor aún.
Llamó a Tom que vino con un trozo de esparadrapo y me tapó la boca.
Verónica tumbó a John en la cama y ella encima. Le empezó a desnudar a él y a ella misma.
Yo cerré los ojos y agaché la cabeza y en cuanto oí a Verónica gemir me tapé los oídos.
No podía esto era demasiado y la gran duda era qué hacía John allí.

--------------------------------------------------------

- Agente, algo va mal, no sale-dije-.
- Tiene razón señorita y no se mueve. Vamos a entrar.
Vi que iban a entrar en la casa, no podía estar más nerviosa.

-----------------------------------------------------------

Empecé a oír gritos de Tom.
- ¡Verónica! ¡La policía! ¡Corre!
Verónica se puso la ropa deprisa y corriendo, cogió algo de un cajón, una pistola.
La dirigió a mi y apretó el gatillo.
Noté una sensación muy rara, mira a mi tripa, donde me había disparado, John que estaba mas o menos bien, aunque todavía sangrando se vistió rápidamente y vino hacia mi.
Los ojos me pesaban, no pude más y los cerré.

----------------------------------------------------------------------

Me acerqué a Bel, me senté a su lado y puse su cabeza sobre mis piernas.
- Bel, no ahora no. Ahora que empezabas a estar mejor. Aguanta Bel, tienes que aguantar el dolor, por favor.
En ese momento llegó la policía.
- Han debido de escapar, les perseguiremos en coche.
- ¡La ha disparado! Ahora mismo me dan igual esos dos, la han disparado y estaba embarazada.
- Llamaremos a una ambulancia.
El policía cogió a Belinda y yo fui detrás como pude. La ambulancia llegó en seguida y montaron a Bel en ella y subí yo agarrado de Ayleen para no caerme.

viernes, 15 de abril de 2011

Difícil Decisión Capítulo 6

Capítulo 6. Secuestro
-Hombre…Pero si es mi chica…
-Yo nunca he salido contigo.- dije con miedo.
-Podríamos haberlo hecho, pero tú no quisiste.
-Me violaste en cuanto nos conocimos.
-Cariño, las relaciones no van tan lentas, avanzan.-dijo acercándose, a lo que yo me fui alejando más
-¿Y esa era la manera de avanzar?
-La única disponible. Pero bueno, olvidemos el pasado, vente con nosotros, seguro que estás mejor que con ese tal John. Verónica me ha hablado mucho de él.
-No me pienso ir con vosotros.-dije levantándome y alejándome.
-Pues si no vienes por las buenas vendrás por las malas.- dijo finalmente.
Yo empecé a correr sin rumbo, solo para escapar de él. Pero el embarazo no me ayudaba, además ellos eran dos, y yo era una. Fui tan torpe que me tropecé y caí al suelo sin poder levantarme, no me quedaban fuerzas.
Tom y Verónica llegaron detrás y cada uno me cogió de un brazo, me levantaron entre los dos y me llevaron hacia un coche.
-¡Soltarme!- grité removiéndome sin éxito.
Tom me cogió en volandas mientras que Verónica abría la puerta del coche. Me echó dentro del coche y con cinta aislante me ataron las manos a la espalda y los pies. Luego cogieron un trozo pequeño y me taparon la boca para que no pudiera gritar.
-Bueno cariño, ahora cuando lleguemos nos divertiremos un rato…- dijo con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
-Ya sabes cual es la otra parte del plan Tom, más te vale que le traigas aquí como sea.
-Lo sé, teniéndola a ella lo tendremos todo.
-¿Te has dado cuenta?- preguntó Verónica.
-¿De qué me tendría que dar cuenta?
-Está embarazada.
-¿Cómo? Ya nos lo contará cuando lleguemos, aún así nos va servir igual.
-Dirás que te va a servir igual.
-No, a ti también si quieres que John venga.
¿Cómo? ¿Ahora querían que John viniera también? No tenía ni idea de lo que me harían a mi, pero ahora por mi culpa el también corría peligro, y encima se habían dado cuenta de que estaba embarazada, todos corríamos un grave peligro.
Seguimos un rato más de viaje, hasta que finalmente sentí como el coche se detenía y la puerta se abría. Tom me volvió a coger en volandas y entramos en una casa que no conocía de nada. La casa estaba más bien abandonada, o eso parecía por fuera, pero por dentro estaba todo perfectamente colocado.
Me bajaron al sótano, que estaba completamente vacío, y me tiraron al suelo que estaba helado.
Verónica se arrodilló y me quitó la cinta aislante de la boca.
-Habla, ¿de quién es el bebé?
-De Tom…-dije con miedo de lo que me pudieran hacer.
-¡Mentira!- dijo dándome una bofetada fuertemente en la cara.
-Es…verdad.- dije con la voz temblorosa.
-Ambas sabemos que ese bebé es de John, que te le metiste en la cama el primer día y luego dijiste que era de Tom.
-No…
-¡Cállate y deja de decir mentiras!- dijo dándome una patada en el costado con la que yo siseé de dolor.
-¿Qué pasa?- dijo Tom entrando por la puerta.
-Esta mentirosa que dice que el bebé es tuyo. No la creas Tom, seguro que es de John.
-¿Con qué diciendo mentiras ee? Creo que es hora de divertirnos un rato…
-Espera, tenemos que llamar a John para que venga.
-Primero deja que me divierta un rato…-dijo acercándose a mi con una navaja de la mano.
Empezó a rajarme toda la ropa dejando mi cuerpo desnudo, se bajó los pantalones y me violó con fuerza a la vez que me manoseaba y me lamía todo el cuerpo mientras yo gritaba y lloraba.
-¿La hago callar?- preguntó Verónica desde el otro lado de la habitación.
-No, me divierto más así…-dijo maliciosamente.
Cuando se sintió satisfecho se abrochó los pantalones y volvió a atarme con la cinta aislante los pies, luego me ató la cintura a un palo que había en una esquina para que no me moviera. Yo me quedé allí quieta, destrozada como me dejó al primera vez, incluso peor, pues sabía que esta no sería la única vez.

lunes, 4 de abril de 2011

Dificil decisión - Capítulo 5

Capítulo 5- Algo va mal

No conseguí dormir nada por la noche y me encontraba algo mareada.
Cuando me encontré algo mejor, me levanté y me puse a andar sin un destino.

-----------------------------------------------------

Me desperté con dolor de cuello. Me dirigí a la cocina y Ayleen ya estaba allí sentada sin decir nada.
- Buenos días.
No obtuve respuesta alguna y me alteré.
- ¿Qué pasa? ¿Y Bel?
Me dio un papel y empecé a leer:
“Bueno, deciros que siento mucho todas las molestias, de verdad no me merecía tanto, ni vuestra preocupación ni vuestras atenciones. En este problema me metí yo solita y yo solita me encargaré de él, vosotros no tenéis porque encargaros de esto. Así que he decidido que lo mejor es irme, así dejaré de ser un estorbo para todos, pero tranquilos me cuidaré estaré bien. No sé como agradeceros todo, así que estaré en deuda con vosotros eternamente, porque os debo mi vida al fin y al cabo, esa noche habría muerto. Y… John, si estas leyendo esto… No deberías haber dejado a tu novia por ayudarme, se que te arrepientes por ello, y por eso os dejo el camino libre, deberías disculparte, seguro que te perdona, no creo que deje de escapar a un chico como ti, sería tonta si fuera así.
Adiós.
Besos, Bel.”
- No puede ser-dije mientras empecé a llorar-.
Cogí las llaves y la chaqueta.
- Llama a la policía, voy a buscarla-dije mientras salía por la puerta-.
Empecé a buscarla por todas partes pero ni rastro de ella.
En ese momento sonó mi móvil.
- John, la policía esta ya aquí, van a salir ahora a buscar también.
- De acuerdo.

----------------------------------------------

Cuando empecé a tener hambre entré en un bar y con el dinero que cogí me pedí dos filetes y algo de beber.
Cuando acabé me fui de nuevo a andar sin ningún destino.
Estaba muy débil y cansada y no podía andar mucho así que me senté en un banco.
- Hola, que casualidad.
Miré quien era y me quedé sorprendida. Era la ex novia de John.
- ¿Ya no te quieren?
- Me he ido yo.
- Si, seguro.
- Es verdad, no quería que cargasen conmigo.
- Bueno, ya verás como estás mejor sin él. Si quieres te puedes venir conmigo.
- No, gracias.
- Como quieras.
Yo seguí sentada sin moverme y al cabo de un rato la vi aparecer con Tom.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Difícil Decisión Capítulo 4

Capítulo 4. Asimilando la noticia

Me desperté cuando los primeros rayos del sol me dieron en la cara. Fui al baño y me lavé un poco la cara. Todavía llevaba puesto el pijama que me dejó Ayleen la noche anterior. Salí del baño y me fui a la cocina. John estaba frente al tostador preparando una tostadas.
-Hola.- me saludó con una sonrisa.
-Hola.- le saludé yo tímidamente.
-¿Qué tal estás?
-Más o menos.- respondí.
-Siéntate y desayuna algo, Ayleen viene enseguida, si quieres podemos ir a tu casa a recoger tus cosas.
-Vale.- dije sentándome en una de las sillas.
John me sirvió un vaso de leche y una tostada con mantequilla y mermelada. Todavía no llegaba a comprender por que me estaban ayudando. Estaban siendo muy amables conmigo. Cuándo vino Ayleen me vestí y nos fuimos a mi casa. Cogí algo de ropa del armario, mis libros favoritos, mi portátil, dinero y algunas cosas más que podría necesitar. Cerré la maleta y me cargue la bolsa al hombro.
-Déjame llevarte eso, no es conveniente que hagas esfuerzos.
-No es necesario, bastante estáis haciendo por mi. Además yo estoy perfectamente, todavía puedo hacer cosas.
Pero él insistió. Cogió la maleta del suelo y me quitó la bolsa del brazo con delicadeza. Llegamos a su casa y dejó mis cosas en la habitación en la que había estado durmiendo la noche anterior. Fui a mi maleta y busqué mi iPod. Me puse los cascos y me tumbé en mi cama a escuchar música.
Pasé mi mano por mi tripa aún plana. ¿Y ahora que haría? No podía deshacerme del bebé, no tenía el valor para hacerlo, así que lo mejor sería hacerme a la idea de que tendría que criar a ese bebé sola.
----------------------------------------------
Me puse a ver la tele un rato para pasar el tiempo, pero no prestaba atención a lo que veía. No paraba de pensar en ella, en Bel. No pensaba en mi ruptura con Verónica, no me lamentaba por ello, solo podía pensar en ella. “¿Qué te está pasando John?” Me pregunté. Entonces noté como Ayleen pasaba enérgicamente su mano delante de mi cara.
-¿John?
-¿Qué?
-¿Qué quieres de comer? Te lo he preguntado ya tres veces. ¿Estás bien?
-Perfectamente. Lo que quieras, pregunta a Bel y así comemos todos lo mismo.
-¿Es por ella verdad?
-¿El qué es por ella?
-Que estés así. Tú nunca habías sido tan impulsivo como con Bel.
-No se lo que me está pasando Ayleen, estoy confuso.
-Sea lo que sea lo que te pase, aún no es el momento.
-¿Qué quieres decir?
Pero no respondió, se fue a la cocina a preparar la comida.
Pasaron dos meses, y yo sabía lo que sentía por Bel, me había enamorado de ella, y a cada día que pasaba lo estaba más. Me dolía saber que ella estaba demasiado asustada aún como para sentir lo mismo por mí, solo me quedaba esperar.
--------------------------------
Llevaba ya dos meses en casa de John y la barriguita se empezaba a asomar un poco. Me habían preguntado que haría con el bebé, y yo les comuniqué mi decisión de tenerlo. Había comenzado a sentir algo por John, y aunque se portaba muy bien conmigo, todavía tenía miedo, ese miedo de que me pasase lo mismo que con Tom.
Cada día que pasaba sentía más que era un estorbo, alguna vez lo había dicho, pero ellos lo negaban.
Decidí irme de allí. Sabía que no me dejarían, así que una noche, cuando todos estaban durmiendo preparé mi maleta.
Metí un poco de ropa y el dinero. Cogí un papel y un bolígrafo y escribí una nota:
“Bueno, deciros que siento mucho todas las molestias, de verdad no me merecía tanto, ni vuestra preocupación ni vuestras atenciones. En este problema me metí yo solita, y yo solita me encargaré de él, vosotros no tenéis porque encargaros de esto. Así que he decidido que lo mejor es irme, así dejaré de ser un estorbo para todos, pero tranquilos me cuidaré estaré bien. No sé como agradeceros todo, así que estaré en deuda con vosotros eternamente, porque os debo mi vida al fin y al cabo, esa noche podría haber muerto. Y… John, si estás leyendo esto... No deberías haber dejado a tú novia por ayudarme, se que te arrepientes por ello, y por eso os dejo el camino libre, deberías disculparte, seguro que te perdona, no creo que deje escapar a un chico como tú, sería tonta si fuera así.
Adiós.
Besos, Bel.”
La doblé y puse para John y Ayleen. Cogí mi abrigo, la bolsa con lo indispensable y salí por la puerta con cuidado de no hacer ruido.
Vagué gran parte de la noche buscando irme lo más lejos posible para que no me buscaran. Pero me empecé a sentir cansada. Ví un parque que a veces había visitado. Era muy tranquilo, con bancos y nunca pasaba nadie. Así que cogí una manta y me tumbé en un banco a dormir.

martes, 22 de febrero de 2011

Difícil Decisión Capítulo 3

Capítulo 3 - Decisión.

Entré en la habitación y la doctora le dio la noticia.
- Belinda ¿Verdad?- la preguntó la doctora.
Ella asintió.
- Verás, hemos intentado contactar con su familia, pero no ha dado resultado.
- Murieron en un accidente hace unos meses.- dijo con la voz asustada y triste.
- Lo siento, pues es que… -dudó en si decirlo o no- te tendrás que ir con este hombre que te ha salvado, solo hasta que vuelva tu familia. No puedes permanecer más tiempo en el hospital, necesitamos la habitación. Piénsatelo, si no, llamaremos a protección para que estés con ellos hasta que te recuperes, nosotros vendremos en una hora.
La miré, tenía los ojos llorosos. Sentía un pequeño miedo por si se vendría conmigo o no.
Cuando la doctora salió, vacilé un momento si hablarla o no.
- Bel, en mi casa estarás bien. Mi hermana vive allí conmigo, y si no quieres verme, podrás estar con ella y te ayudará en lo que quieras, pero si quieres irte a la protección, lo entenderé.
- Déjame sola, por favor.- pidió entre algunas lágrimas que se le escapaban.
Salí de la habitación y me dirigí a la cafetería, no había tomado nada desde la cena con Verónica. Estaba levantándome para subir a la sala de espera de nuevo cuando me sonó el móvil, era mi hermana, estaba preocupada ya que anoche no fui a dormir por quedarme con Bel.
No sabía por qué lo hacía, tal vez por su belleza, o por su aparente inteligencia, o tal vez tenía la obligación de ayudarla, estaba completamente confuso. Después de terminar de hablar con mi hermana, esta se dirigió al hospital para ver a Bel, e intentar convencerla de que se viniera a casa, ya que tal vez con la visita de una mujer se sentiría más protegida.

-------------------------------------

Todavía no entendía por qué ese chico, que no sabía ni su nombre, me ayudaba. Estaba dudosa, no quería ir a protección ni con ese chico desconocido, pero algo de mí tiraba más para el chico.
Cuando menos me lo esperaba entró la doctora a la habitación, con el chico y una chica que no había visto nunca.
- Belinda, nos tienes que decir tu decisión.
- No quiero ir a ningún sitio, quiero quedarme aquí.
- Sabes que no puedes.-dijo la doctora
- Pues me iré a mi casa.
- No puedes, estás muy débil y podrías necesitar ayuda.
- Vente con nosotros, soy Ayleen, su hermana.
- Ya te lo dije antes, no tendrás ni que verme si tú quieres.
- De acuerdo, pero quiero tener mi espacio hasta que ya pueda hacer cosas por mí misma.
- De acuerdo.- dijo el chico mientras sonreía, al igual que su hermana.- Aunque eso de hasta que puedas hacer cosas por ti misma…- miré a la doctora y ella asintió- el que te hizo las heridas, te violó- vi una expresión de miedo en su rostro- y te dejó embarazada.
- Pero nosotros te podemos ayudar en lo que quieras.- contestó Ayleen.
No pude evitar llorar, en un momento me arrepentí de haber tomado esa decisión, pero ya no había vuelta atrás.
Cuando llegó el momento me levanté, me costaba andar un poco todavía así que me tuvieron que llevar en silla de ruedas al coche, el trayecto no fue muy largo.
Vivían en un chalet enorme y con piscina, según me dijeron ellos.
- Por cierto, he sido un completo imbécil, no me he presentado, soy John.
Sonreí sin ganas.
- ¿Quieres algo en especial para cenar?- me preguntó Ayleen.
Moví la cabeza de un lado a otro.
- ¿Te parece bien un poco de pescado?
Asentí.
- Pues en cuanto lo preparé a cenar.
Cenamos tranquilamente y después me colocaron en una habitación y pude dormir, aunque algo inquieta.

lunes, 7 de febrero de 2011

Difícil Decisión Capítulo 2

Capítulo 2- Salvada.

No se cuanto tiempo estuve allí tirada, con muchísimo frío y completamente destrozada. Mi bolso estaba a unos pasos de mí, intenté alcanzarlo con la mano para coger el móvil y llamar a quién fuera, me daba igual con tal de que me sacara de aquel lugar. La muerte me parecía incluso mejor que como estaba. Me intenté tapar como pude con la ropa destrozada, pero no servía para nada. Me hice un ovillo y me quedé allí, intentando guardar el calor. Muchas chicas pasaban apuradas por el callejón, sin percatarse apenas en mí, con miedo. No las culpaba, yo también tenía miedo al pasar por allí, ahora dudaba que pasara. Al cabo de un rato oí dos pares de pasos acercarse a mí, y empecé a escuchar su conversación.
-Y… ¿Dónde vamos a cenar?- preguntaba una voz femenina.
-Pues en una hamburguesería.- respondía ahora una masculina.
-No seas tonto… ¿no tienes pensado nada más romántico?
-Pues no.- y se rió.
Ambos pasaron a mi lado, la chica pasó de mí, fingió que no me había visto, pero su acompañante me miró fijamente y se quedó allí parado. Yo le miré durante unos segundos, con los ojos bañados en lágrimas secas por el frío, pero enseguida aparté al mirada.
-¿A que esperas?- le preguntó la chica, y entonces se percató en que me estaba mirando.- Es solo una muerta de hambre de esas que duermen en la calle…
-No es una muerta de hambre.- dijo soltando la mano que tenía agarrada a aquella chica.
Se quitó su chaqueta de cuero y me la puso, abrochándola para que no pasara frío.
-¿Pero que haces?
-La voy a llevar al hospital, no me da buena espina, está llena de heridas por todas partes y tiene toda la ropa rasgada.
-Pero si no la conoces de nada.
-Eso no significa que no la tenga que ayudar.
-¿Me vas a dejar plantada otra vez? O vienes y la dejas ahí o habremos roto.
-Pues entonces hemos roto.
La chica se marchó cabreada y él me tendió una mano para poder levantarme, yo la miré y volví a esconder la mirada.
¿Por qué me quería ayudar? Ya había pasado un montón de gente y me había dejado ahí, lo más lógico es que él hiciera lo mismo, pero parecía salirse de lo lógico, porque al ver que no cogía su mano me cogió en volandas, se agachó y cogió mi bolso.
Me llevó hasta un garaje y me montó en su coche. Puso la calefacción para que me calentara y salió rumbo al hospital.
-¿Cómo te llamas?
Yo no respondí, estaba aterrorizada aún, ¿qué más querría hacerme él? Quizá todavía no hubiera pasado lo peor.
-Bien…
Llegamos al hospital, me pusieron en una camilla y me llevaron a curarme y hacerme pruebas.
------------------------------------------------------------------------------
¿De verás había roto con Verónica por una desconocida? Todavía no asimilaba la noticia. Llevaba tiempo queriendo romper con esa relación, no era feliz, pero nunca pensé que romperíamos en esas circunstancias. Pensaba esto mientras que estaba en la sala de espera del hospital, esperando haber si salía ya aquella chica.
Todavía no sabía su nombre, y al paso que íbamos… Entonces me dí cuenta, tenía su bolso en mis manos. Lo abrí y busqué el DNI, allí estaba, Belinda… Un bonito nombre, y una chica bonita, ¿que la habría pasado? No conseguía averiguarlo por más vueltas que le daba, pero estaba muy asustada, y yo sentía la necesidad de protegerla.
Después de un rato pude pasar a verla.
-Hola.
Ella no me respondió.
-Belinda ¿no? Te cogí tu bolso en la calle.- dije intentando sacarla algo.
-Bel.
-Por fin escucho tú voz. ¿Qué te ha pasado?
No la dio tiempo a contestar, la enfermera llegó justo en ese momento.
-Creo que a eso le puedo responder yo, mejor no hacerla mencionar mucho el tema.- la miré curioso por saber cual era su historia.- Salgamos fuera un momento.
Salimos dejando a Belinda, bueno, Bel, en la habitación.
-¿Y bien?
-La hemos estado haciendo unas pruebas, revisando y curando las heridas. Al parecer, el mismo que la hizo esas heridas, la violó.
-¿Qué?- pregunté alarmado, ahora entendía que estuviera tan asustada.
-Pues si, la violó, y lo peor es que está embarazada. No hemos podido contactar con su familia para decírselo. Trabaja aquí haciendo unas prácticas, e mirado en su ficha y vive sola, me gustaría, si no es mucha molestia que contacte con su familia para que no esté sola, va a necesitar mucho apoyo.
-No será problema, me la llevaré a mi casa.
-¿Está seguro? Antes no ha querido que la revisara un hombre… Ha debido de coger miedo, está como en estado de shock.
-Mi hermana vive conmigo, así no estará sola.
-Bien, pues entonces no tengo ninguna objeción, creo que debemos pasar y contárselo.
-Sí.- respondí.
No sabía porque estaba haciendo esto, solo que estaba indefensa y que necesitaba ayuda. Pensaba en esto mientras que entrábamos en la habitación dónde estaba ella para darle la noticia.

jueves, 3 de febrero de 2011

Difícil Decisión Capítulo 1

Capítulo 1 - Algo inesperado.

- Hola Tom.
- Hola Belinda.-dijo dándome dos besos.- Eres mucho más guapa en persona que por la cam.-dijo sonriendo.
- Gracias y por favor, ya te dije que no me llamases Belinda, es Bel. ¿De acuerdo?
- Como diga la señorita.-dijo haciendo una reverencia.
- Por favor que pasa gente.
- De acuerdo, ¿vamos yendo para el cine? Es pronto pero más vale ir pronto que tarde ¿no?
- Sí.
Mientras íbamos al cine fuimos hablando, riéndonos…
- Dos para “Tres metros sobre el cielo”, por favor.-dijo Tom.
- ¿En la última fila le parece bien?
- Sí.
- Pues son 10.60 € por favor.
- Toma mi parte.-dije dándole lo que me correspondía.
- Invita la casa. Guárdatelo anda.
- Gracias.-dije mientras guardaba el dinero en la cartera.
Le dio las dos entradas y fuimos a hacer cola para coger las palomitas y la bebida. ¿Qué es un cine sin palomitas?
- A las palomitas invito yo también.
- No hace falta.
- Si que hace.-dijo él.
Antes de pasar a las sala nos sentamos en unos sillones a hablar un poco de nosotros.
- Bueno yo te he dicho lo que me pareces, pero tu a mi no.
- Me resultas muy atractivo y no tienes la nariz tan grande como me dijiste.
- Bueno, ¿pasamos ya?- dijo cambiando de tema.
- Vale.
Mientras veíamos la película íbamos comiendo palomitas los dos del mismo lugar y en varias ocasiones nuestras manos se habían tocado.
Cuando acabé no pude evitar soltar alguna lágrima.
- ¿Estas llorando?
- No, que va. Solo que me pica mucho el ojo.
- Claro…
- ¡Es verdad!
- Si te creo. ¿Dónde quieres que vayamos?
- Me da igual, podíamos ir al parque del lago.
- ¿Y algo mas cercano?
- El parque de los patos.
- Vale.
Para ir al parque de los patos desde donde estábamos había que pasar por un pequeño atajo que siempre estaba muy oscuro, pero con Tom no tenía porque tener miedo.
Cuando pasamos por el atajo Tom se apoyó en la pared poniéndome a mi encima suya.
- ¿Qué haces?-pregunté sonriendo.
- Nada.
Me miró a los ojos y noté que cada vez su cara estaba mas cerca de la mía, nuestros alientos se mezclaban, y entonces me besó.
Yo le seguí, su respiración empezó a acelerarse, me besaba con más pasión y me quitó la chaqueta.
- Para, por favor.
- No.
Intenté soltarme pero él no me dejó.
- ¡Suéltame!
- ¿Por qué? Si lo deseas tanto como yo.
- Tom suéltame por favor. Me tengo que ir a casa.
- No, ahora eres mía.
Intenté soltarme pero me apretó todavía más fuerte mientras sacaba una navaja del bolsillo, me rasgó la ropa y me puso la navaja en el cuello.
- Como intentes moverte, te mato. Te lo juro.
Empezó a tocarme por todos lados y cuando se cansó se desabrochó los pantalones, me bajó a mi los míos y entró en mi.
Yo no paraba de llorar.
Se subió los pantalones y salió corriendo dejándome ahí tirada, medio desnuda y sin nada que hacer.

sábado, 29 de enero de 2011

Difícil Decisión prólogo

Prólogo-La cita.

Eran las tres de la tarde, había acabado de comer, y aunque normalmente me ponía a leer algún libro aproveché que me había terminado “Tres metros sobre el cielo” para conectarme. Llevaba cerca de 1 mes hablando en Internet con un chico que se hacía llamar Tom. Era muy simpático y vivía por aquí cerca pero nunca antes nos habíamos visto. Me conecté al Messenger y allí estaba él que empezó ha hablarme.
-¡Hola!- me saludó
-Hola
-¿Qué tal?
-Pues muy bien, aquí que porfin me acabé el libro  ¿Y tú?
-Genial.¿Y al final te gustó? Yo vi la peli hace un par de días.
-¡Me encantó! Yo todavía tengo que ir a verla, a ver si convenzo a mis amigas para que se vengan.
-¿Enserio se lo vas a pedir?
-Sí, ¿qué problema hay?
-Me hieres.
-¿Qué pasa Tom?
-¿Vas a llamarlas a ellas estando yo aquí?- dijo poniendo una carita llorando.
-Yo no sabía si la querías ver otra vez.
-Claro que sí, si me encantó, además te hago compañía y así porfin nos vemos ¿Qué te parece?
-¡Perfecto!- antes solos nos habíamos visto por la cam.
-¿Te viene bien hoy?
-¿Hoy? Si, me viene perfecto, no tenía ningún plan.
-Pues genial, ¿dónde quedamos?
-Pues no se… ¿Qué te parece en el parque de al lado del cine?
-Vale,¿allí a las cinco?
-Espera, miro los horarios y te lo digo.
Busqué la página de los cines y miré las sesiones de la película. La sesión era a las seis, así que si quedábamos media hora antes nos daría tiempo de sobra para comprar las entradas y las palomitas.
-La sesión es a las seis, ¿qué te parece a las cinco y media?
-Vale, ningún problema.
Seguimos hablando un rato más y una hora antes de quedar me desconecté para irme preparando. Estaba bastante nerviosa, me maquillé de forma muy natural, me puse unos legins negros, unas manoletinas blancas y una camisa blanca con cinturón con una básica negra debajo. Me alisé el pelo y me puse una diadema blanca a juego con el resto. Cogí mi abrigo, el bolso con todo lo necesario me aseguré de que el móvil estuviera cargado y lo metí en el bolso. Cuándo estuve del todo lista cogí todo y me fui hacia el parque para llegar puntual, puesto que el parque estaba un poco lejos y no quería darle mala impresión el primer día. Llegué 5 minutos antes a la cita, pero al poco rato lo vi viniendo hacia mi.